PANADERÍA COQUITO

Una historia con sabor a barrio

Ubicada en una de las zonas de mayor comercio de Bogotá, en el barrio Ricaurte, cerca de San Andresito de San José, Coquito, es una panadería de barrio, con sabor local, con un salón donde se hacen negocios, donde los clientes firman contratos, y las familias se reúnen a tomar “las onces” bogotanas. Un negocio que durante los días de mayor aislamiento hizo “magia” para no despedir a 15 empleados, cabezas de hogar y darles oportunidad a todos de mantener las plazas de trabajo. Revista Maestro habló con Néstor Rincón, su administrador y nos contó su historia de resiliencia llena de innovación y fe, que les ayudo a mantener aflote el negocio. “Los primeros meses de ser decretado el aislamiento total, nuestro objetivo fue mantener a los empleados garantizando su bienestar, primero porque es una forma de agradecer sus esfuerzos, segundo porque la fidelidad del cliente y su satisfacción dependen del trabajo de personas ya entrenadas que saben hacer las cosas. Los siguientes meses fueron de fe, porque nos tocó pedir a los proveedores plazos de pagos para garantizar el sueldo de los empleados y organizar turnos de trabajo” comentó Rincón.

El negocio se fue transformando, la línea de mayor ingreso: la cafetería, que fue la más afectada, se adaptó a los aforos y regulaciones, mientras se fortalecieron los domicilios y el desarrollo de nuevas líneas de producto de valor agregado como panes saludables. “En medio de la crisis hemos podido ver oportunidades, como por ejemplo las alianzas con el comercio y las oficinas cercanas para llevar meriendas saludables a sus equipos de trabajo. El desarrollo de productos de valor agregado ha sido una gran satisfacción porque nuestros clientes se preocupan más por su bienestar.” Agregó el administrador de Coquito. Junto al esfuerzo de todos los empleados, la voluntad de darle continuidad a un negocio con 27 años de historia fue de sus propietarios Don Pablo y Doña Martha, que se han esforzado por garantizar la seguridad de los clientes y empleados y volver a tener un salón de reuniones lleno de alegría y celebraciones.